martes, 4 de abril de 2017

DESDE LA DISTANCIA






Con las manos en los bolsillos de su gabardina y el sombrero calado hasta las cejas, caminaba lentamente por la calle.
Llovía con fuerza pero no le importaba. En el suelo se formaban grandes charcos, que buscaba intencionadamente pisando fuerte sobre ellos.
Paró frente a un escaparate, donde una pantalla gigante, emitía un vídeo musical que no podía oír.
En la imagen reconocía a la cantante bailando una coreografía muy sexy.
Dos bailarines le acompañaban y sujetándola por debajo de los brazos, la levantaban una y otra vez.
Sonreía recordando lo poco que pesaba; prácticamente una pluma para aquellos dos fornidos y musculados muchachos.
Cuando estuvieron casados, él podía llevarla en brazos por toda la casa, hasta acabar en la piscina los dos, entre arrumacos, pasión y deseo.
¡Qué lejos quedaba ya lo que fue su vida...!
Lo había perdido todo, su trabajo como actor, su familia, sus amigos; a sí mismo y sobre todo a ella.
Ese último viaje le alejó para siempre.
Ajustado el cinturón de seguridad, el avión emprendió su vuelo a ninguna parte. Una explosión, una luz muy fuerte cegó sus ojos, y se acabó.
Ahora vagaba bajo una lluvia que no le mojaba y entre unos charcos que no salpicaban sus pantalones.
Y mientras, ella, bailaba tras un cristal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario